Meccano

Tano Pisano

Presentamos una exposición única, cuyas piezas —en su mayoría— pudieron verse en el Palazzo Vecchio de Florencia en el verano de 2023. Meccano. Una aproximación aparentemente tecnicista, casi ingenieril, a unos objetos que en nuestro imaginario ocupan un lugar lúdico y juguetón. Pero no nos dejemos engañar: los meccanos son obras de arte con todas las letras, porque nos conducen —como toda obra de arte verdadera— a ese lugar al que siempre deberíamos llegar: la emoción estética.Ya sea a través de un puñetazo, una media sonrisa irónica o una lluvia fina y constante, sensible.

Estos artefactos artísticos, siempre extraños y descolocados, irrumpen en nuestra cotidianidad y nos sorprenden, porque al verlos entendemos que aluden a algo intangible que nos interpela. Los meccanos no podemos dejar de mirarlos; primero con curiosidad, luego con atención, y finalmente con desconcierto, por lo que nos dicen desde su hechizo.

Del objeto primigenio, metálico, de colores brillantes y forma concreta, pasamos de inmediato a la abstracción. Lo que parecía un árbol, una bicicleta o la cabeza de un caballo se convierte en una escultura inquietante por su presencia inusual. Claro que, en una primera lectura, son un juego. Pero también es evidente que se trata de un juego muy serio, con una gestualidad artística plenamente realizada.

Son tiempos inciertos, excesivamente etéreos, donde la perfidia sobrevuela como un ángel oscuro y devastador. Estos meccanos nos perfilan otros mundos, de soberbia raffinatezza, de gran delicadeza y lúcida ironía que acompaña nuestra mirada. Y al final, como bien escribió la crítica de arte boloñesa Marilena Pasquali sobre las obras de nuestro artista: después de todo, de todo, de todo, «lo que queda… es la belleza».